viernes, 31 de julio de 2015

Quatermain en la ciudad perdida del oro


Quatermain en la ciudad perdida del oro estrenada en 1986, dirigida por Gary Nelson y esta protagonizada por  Richard Chamberlain, Sharon Stone, James Earl Jones, Henry Silva, Robert Donner, Doghmi Larbi, Aileen Marson, Cassandra Peterson, Martin Rabbett.

Continuación de las aventuras de Allan Quatermain (Richard Chamberlain) y su guapísima y encantadora Jesse (Sharon Stone) en el continente africano

Esta segunda entrega es más seria que "Las minas del Rey Salomón" (1985) pero también más floja, con menos ritmo, más cómic y menos tonta. Aunque reconozco que todas estas peripecias por muy chuscas que parezcan, tienen todos los tópicos del género. Seguramente de niño puede uno hasta flipar. Por lo demás, Gary Nelson imita como no podía ser de otra manera, a Indiana Jones, y no sólo en la música, que me parece la misma, si no también a "El hombre que pudo reinar" (1975) y a "Conan" (1982). Por último, mirad como el hechicero Agon (Henry Silva) es igual que aquel estrambótico personaje "El Penumbra" y la malvada reina se parece a la inolvidable villana Diana, de la serie "V" (1983).


Sinopsis: Tras sobrevivir a la expedición a las minas del rey Salomón, y cuando ya iba a partir en barco a América para casarse allá con su novia Jesse Huston, el cazador inglés Allan Quatermain, rescata en la selva a un amigo moribundo, Dumont, quien es perseguido por misteriosos nativos.

Antes de ser asesinado, Dumont le informa que Robeson Quatermain, hermano de Allan, se encuentra en Milosis, la ciudad de oro de una antigua leyenda, gobernada por una raza blanca. Posponiendo su viaje a USA, Quatermain parte en busca de su hermano, acompañado por Jesse, el gigantesco zulú Umslopogaas y el cobarde hindú Swarma.

Tras atravesar desiertos y selvas plagadas de todo tipo de peligros fantásticos y enfrentar a los salvajes Eshowe, el grupo llega a la dorada Milosis, ciudad gobernada por primitivos hombres blancos, gobernados por las reinas Nyleptha y Sorais. Quatermain encuentra a Robeson, que le informa que el verdadero tirano de la ciudad es el sumo sacerdote Agon quien, aliado con la pérfida Sorais y el jefe bárbaro Nasta, ha impuesto el "culto al león", que exige terroríficos sacrificios.


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